«Los chips representan una de las tecnologías más destacadas en la actualidad, pero actualmente la UE carece de la capacidad suficiente para diseñar y producir sus propios chips maduros y avanzados. La UE debe reducir su excesiva dependencia de los líderes globales de semiconductores en Asia y Estados Unidos», declaró el ministro de Industria checo, Josef Sikela.
El acuerdo alcanzado por los ministros comunitarios de Industria servirá como base para negociar con la Eurocámara el texto definitivo de una ley que busca fomentar tanto la investigación como la construcción de fábricas capaces de producir chips, desde los más avanzados hasta aquellos en los que la UE ya tiene experiencia, como los utilizados en el sector automotriz.
La ley se estructura en tres pilares: una empresa común denominada Iniciativa de Chips para Europa, centrada en la construcción de capacidades tecnológicas y la investigación en semiconductores; un marco para atraer inversiones y mejorar la seguridad de suministro; y un mecanismo de reacción ante crisis que permitiría realizar compras conjuntas u órdenes prioritarias para garantizar suministros esenciales.
A pesar de mantener la propuesta de la Comisión Europea de asignar un presupuesto de 3.300 millones de euros a la empresa conjunta, con fondos provenientes del programa Horizonte Europa para la investigación (1.650 millones) y del programa Digital Europe para financiar el desarrollo de capacidad industrial, los Estados miembros rechazaron aportar otros 400 millones de euros desde Horizonte Europa para este último objetivo. Esto generará la necesidad de encontrar una solución para cubrir este déficit de financiación en la negociación con el Parlamento Europeo, con el objetivo final de movilizar un total de 43.000 millones de euros entre inversiones públicas y privadas.
Para España, que introdujo la demanda, era crucial destacar la diferencia de financiación entre los distintos objetivos para no restar recursos a la investigación, según explicó la ministra de Industria, Reyes Maroto. La autonomía industrial resultante de esta ley puede fomentar un entorno empresarial propicio para que más empresas inviertan en España y Europa para dotar a la región de esas capacidades industriales esenciales, especialmente en este «contexto de guerra», según señaló la ministra.
El acuerdo de los ministros enmienda la propuesta de la Comisión Europea para clarificar las reglas del futuro Consorcio Europeo de Infraestructuras de chips, destacando su apertura a diferentes operadores y formas de cooperación, definiendo las «fábricas únicas en su género» de semiconductores, y adaptando el alcance de las medidas de emergencia. Se presta especial atención a la participación de los Estados en la toma de decisiones sobre las medidas de emergencia, y se especifican los sectores prioritarios para recibir chips en dicho escenario, así como las sanciones en caso de incumplimiento por parte de las empresas.
Sven Giegold, ministro alemán de Industria, enfatizó la necesidad de aplicar con precaución los instrumentos de crisis, ya que medidas desproporcionadas podrían afectar negativamente a la atracción de inversores hacia la UE.